Introducción
Rosalía Suárez
Tecnóloga del Colegio Mayor de Antioquia en promoción social-1984
Profesional en desarrollo familiar de la Funlam-1999
Especialización en intervención de los procesos familiares-2010
A nivel profesionalmente se desempeña como coordinadora de la Fundación puente hacia el futuro en el sector de la vereda El Pedregal de Itaguí, en las áreas de bienestar social, comunidad, sector salud y Comisarias de familia.
¿Por qué el trabajo social?
“Yo siento que escogí las ciencias humanas por el legado que mi madre me dejó desde niña; donde en mi corazón se gestó el amor al servicio, la entrega y la dedicación por realizar una misión, donde siento que de alguna manera le estoy devolviendo al universo algo de lo que mis padres me dieron; en segundo lugar porque durante el ejercicio profesional he venido interiorizando que las ciencias sociales y humanas le permiten a uno ir creciendo en el concepto de la cibernética de segundo orden, es decir, entender que la posición de un profesional siempre debe estar enmarcada en un contexto donde se relativiza la jerarquía de una intervención y es allí donde el ser humano se convierte en el gestor de su propio cambio esto es: Educación enmarcada en el contexto del encuentro con el sí mismo”.
¿Cuál es el punto de giro para elegir esta profesión?
“Creo que el fortalecimiento en mi proyecto de vida desde ni niña, donde en mi familia y en el colegio me identifiqué como un ser capaz de escuchar al otro, trabajar en equipo y sobre todo el querer demostrarme a mi misma que la responsabilidad social empezaba con migo misma. Era un reto donde tenía que cortar un paradigma donde tenía un estigma casi de religiosa o ser un ser muy bueno, en mi interior era ir más allá, es decir, dimensionar que si no me encontraba conmigo misma, no podía contribuir a que otros seres fueran responsables de su propia ética”.
¿Qué percepciones han cambiado desde el comienzo de la etapa universitaria hasta la actualidad?
“Muchas, entre ellas que el paternalismo y asistencialismo daña, que los seres humanos trascendemos en la medida en que sentimos que no somos dueños del saber y que el compromiso social radica en saber interactuar con varias disciplinas respetando los diferentes saberes pero sobre todo hacer consciente que cada día nacemos a un nuevo día y es allí donde todos los cambios son posibles”.
¿En qué momento de la vida aparece “Puente hacia el futuro”?
“Fue en el año 1991, cuando vivíamos una guerra fría en Medellín por los constantes enfrentamientos de las bandas en los barrios en la era de Pablo Escobar, en ese entonces terminaba una labor muy gratificante en Moravia, donde por amenazas, el director de una obra social en la cual yo era coordinadora de familia, tiene que cerrar la obra por amenazas. Allí una de las benefactoras me conoce y me brinda la oportunidad de crear una ONG en Medellín, que sirviera como puente entre las comunas y la otra cara de Medellín (El Poblado) fortaleciendo el ser humano a través de una labor proactiva por medio de la educación”.
¿Qué opinión le merecen las entidades públicas, cumplen?
“Desafortunadamente siento que hay un gran vacío en el cumplimiento de las funciones, pero esto se da muchas veces por ignorancia de parte nuestra en el conocimiento de deberes y derechos, donde profesionalmente podamos empoderar a los usuarios en el acercamiento de formulación de propuestas de intervención a las problemáticas más relevantes”.
“Desde mi experiencia he descubierto que si cumplen en la medida que la comunidad se organiza y exige procesos de fomento de la calidad de vida”.
¿Cuál ha sido una de las experiencias más representativas de su experiencia profesional?
“Son muchas, pero las más gratificantes es el observar como los que ayer fueron unos niños que mal llamaban de alto riesgo por sus condiciones económicas difíciles, hoy gracias a que creímos en ellos, los apoyamos y los escuchamos. Hoy son grandes profesionales pero lo más relevante: Mejores seres humanos”
“El concepto de la resiliencia fundamental en mi crecimiento como ser humano y eso lo aprendo aún en el día a día, cuando veo en el rostro de un niño una luz de esperanza”.
¿Cuál es el foco de trabajo donde siente que mejor desarrolla su potencial profesional?
“En las comunidades más vulnerables o de alto riesgo, porque incluso en las personas estigmatizadas como factor problema he encontrado seres maravillosos que solo necesitaban un ser capaz de escucharlos y entender sus propias verdades”.
¿Qué es lo más difícil del día a día profesional?
“La triste realidad que se vive en los barrios, la inequidad, la falta de oportunidades con los más desprotegidos, la falta de trabajo en red y la continuidad en los procesos y el fatalismo que rodea los barrios por las barreras invisibles, donde uno se da cuenta que la gente buena se vuelve indiferente por el temor. Pero lo que me ha desgarrado el alma en muchas veces es el maltrato infantil, donde en el desarrollo profesional me encuentro dia a dia con historias de abuso sexual, violencia intrafamiliar entre otros” .
Teniendo en cuenta que el trabajo de campo es con personas que por su ubicación socioeconómica, su nivel cultural y educativo es bajo o básico, ¿se dificulta en alguna medida la divulgación del propósito “Puente hacia el futuro”?
“Si, en algunos casos pero he descubierto que hay algo que va más allá del conocimiento científico y es ese saber popular que te oxigena y revitaliza”.
¿En qué circunstancias se ha sentido limitada al desempeñar sus funciones y cuáles son esos factores determinantes?
“La falta de recursos económicos”.
“El tener muchas veces que callar cuando se trabaja con alianzas y no compartir ideologías pero es ahí donde está el reto y el discernimiento para saber estar”.
¿Siente que con la labor social ejecutada está más cerca de Dios?
“Indudablemente Dios me habla a través de la sonrisa de un niño, en la trascendencia de una madre que es capaz de empoderarse y salir de una dependencia afectiva, por medio de una comunidad que es resiliente así sea connotada negativamente como una de las peligrosas de Itagüí”.
¿Ha sentido que tanta gratitud hacia usted, por parte de todas esas personas que se benefician directa e indirectamente de su maravillosa y maratónica labor en algunos momentos se haya convertido en idolatría o adoración?
“Trato de no llegar hasta allá porque sé que solo soy un puente entre la carencia y la abundancia, por eso le pido mucho a DIOS que me ayude a que me vean como un ser humano que es un modelo de servicio, esto es crecer en el amor por el trabajo permanente consigo mismo”.
¿Lo anterior hace pensar que la sociedad en medio de tanto derroche y mundanidad está pidiendo un rescate en valores?
“Definitivamente, desde mi vivencia personal, familiar y social creo que hay que volver a casa, esto es rescatar esos valores así suene a trillado el tema”.
¿Qué la hace feliz?
“Definitivamente el servicio”.
“El poder haber vencido muchos miedos en mi vida”.
“Mi hijo, mi esposo y mi familia”.
“El sentido de la amistad verdadera y el poder fomentarla en los espacios donde este”.
“Me hace feliz los seres que se inquietan por encontrarse consigo mismo más allá de las recetas médicas o terapéuticas”.
“La vida misma con todas sus problemáticas y el saber que hay un ser superior dentro de mi corazón que me permite proyectar su luz en medio de la oscuridad”.
¿Cuál su mayor logro?
“El haber realizado tres carreras así no tenga mucho dinero y mi hijo ya que siento que fue un regalo del universo”.
¿Está la misión cumplida o que falta por hacer?
“Somos seres en falta, que nos construimos en el día a día y aún me falta mucho por caminar, aprender y recorrer”.
¿Cuál es su mayor deseo, profesionalmente hablando?
“Tener mi propia institución social y vencer mis temores con la tecnología”.